miércoles, 16 de mayo de 2012

La importancia de nuestro Centro o punto de referencia




Hoy cumplo 40 años y un buen amigo, además de felicitarme, ha compartido conmigo unas reflexiones que había escrito.

Esto me ha hecho recordar algunas cosas que tenía yo escritas de hace tiempo, así que las he recuperado y  las comparto con vosotros.

Es una reflexión sobre la vida y las relaciones.


Las personas tenemos la capacidad de poder estropearlo todo incluso una relación de amor, cariño o amistad. Forma parte del ser humano, somos imperfectos, egoístas, vivimos en un mundo estresante y con mucha frecuencia perdemos la orientación de nuestra vida, vamos pasando, sobreviviendo, dejando cosas de lado y pensando erróneamente que olvidar lo que es realmente importante y dejar que nuestra vida la dirija lo que no lo es, no nos va a afectar.

Esto es un grave error, debemos vivir siendo conscientes de nuestra vida, sintiéndola, no dejando que nos superan las cosas y teniendo como centro de equilibrio y punto de referencia nuestro bienestar y nuestros sentimientos que para mi son lo más importante, y la clave, para descubrir e intuir (que no entender pues no hace falta endenderlo todo) las cosas más importantes.

Y ¿cómo hacer esto?. Voy a centrar un poco el tema porque es complejo y no quiero divagar. Me centraré en lo importante para vivir bien y convivir bien, sobretodo en lo de convivir.

Como decía antes, es necesario tener un centro, un punto de referencia al que mirar continuamente para no perdernos. Pues perderse es más fácil de lo que parece. Cada vez que las situaciones nos desbordan y perdemos el control porque nos agobiamos o enfadamos o exaltamos o estresamos… es muy fácil, nos pasa continuamente.

Y si es fácil perderse para vivir aún lo es más fácil para convivir. En cambio también es “fácil” evitar no perderse. Debemos referirnos continuamente a ese centro al que apuntaba antes. Cuando analizamos las veces que nos enfadamos o disgustamos enseguida vemos que hemos sido estúpidos, que no era tan importante.

Realmente ¿qué es verdaderamente importante? ¿qué vale tanto como para llorar o enfadarnos con alguien, o agobiarnos o deprimirnos?

De verdad, pensemos un momento qué es tan importante… ¡CASI NADA!

Importante es tener salud, importante es sentirse bien con uno mismo, importante es querer, importante es quererse, importante es saber vivir, importante es saber convivir.

Hay que vivir con esperanza, porque el desespero no soluciona nada, tenemos que vivir con una actitud positiva y confiada porque es la única manera de convivir.

Al mismo tiempo debemos ser conscientes de lo que pasa a nuestro alrededor, parar de vez en cuando, respirar, relajarnos y mirar hacia ese centro, a ese punto de referencia para saber donde estamos, donde queremos ir, para poder dirigirnos allí sin perdernos, a pesar de que haya tormenta, llueva, truene o caigan rayos.

Y cuál debe ser ese punto de referencia, el centro al que hay que mirar. Intentaré resumir el mío:


1) Mi centro, mi punto de referencia soy yo mismo, mi estado de ánimo. Cierro los ojos, me relajo (mala cosa si no puedo hacerlo, es que ya me estoy perdiendo), me quedo solo conmigo mismo… ¿me siento bien?, ¿estoy relajado?, ¿controlo mi vida?, quiero decir, ¿controlo como siento mi vida?, lo que pasa no lo podemos controlar. ¿Controlo como me afectan las cosas?...
  • Sí, entonces todo va bien. No he perdido el centro.
  • No, pues hay que recuperarlo. 

2) Mi centro es mi relación con mi pareja, mis hijos y mi familia. Nuestro proyecto (léase intención) de vida, nuestra convivencia.


3) Mi centro es también Dios, Dios está conmigo cuando mi centro nº 1, es decir yo mismo está bien. Entonces es cuando estoy sintonizado con Él y por tanto con la Vida y por eso puedo controlar como vivo. Si no estoy sintonizado no puedo comunicarme, quiero decir comunicarme al más alto nivel, en mi vocabulario personal podría decir no puedo Sentir ni la Vida, ni a mi, ni a Dios y por tanto a nadie. 

Eso es lo que pasa cuando se pierde el centro. Que no vivimos, sobrevivimos. Que no sentimos, sólo vemos, oímos, tocamos, hablamos, pero no sentimos. Que nos sentimos (eso sí) perdidos y si estamos perdidos nosotros mismos (consciente o inconscientemente) como vamos a proyectarnos hacia los demás. 

Realmente es fácil. Tenemos que entrenar. Hay que entrenar para ser FELICES. Hay que entrenar para no perder ese centro. Hay que ponerlo por delante de todo, hay que referirse a él cada vez que no estemos bien, cada vez que notemos cualquier sentimiento negativo. 

Hay que vivir con esperanza y confianza.

Es importante una actitud positiva. Los pensamientos no cambian a las personas ni las situaciones. Son las actitudes las que lo hacen, las que acaban consiguiendo los objetivos. La actitud es algo que yo veo como la gota de agua que va agujereando la piedra y dándole forma y no somos ni conscientes de ello, va trabajando sola. Eso sí hay que ponerla en marcha y vivir bajo esa dirección.

3 comentarios:

  1. Hola Vicente

    Es curioso que nos veamos tan poco, seamos tan distintos en apariencia y experiencias, y esté siempre tan de acuerdo contigo...

    Porque en los últimos años no hemos coincidido nada, cada uno ha tomado su rumbo, pero -como tu bien dices- debe ser que nuestras brújulas buscan puntos de referencia cercanos...

    Me alegra saber que sigues intentando y consiguiendo que tu buena actitud te guíe, pero me apena que estas conversaciones hayan sido relegadas a golpes de tecla, y no a largas tertulias bocadillo en mano... o mochila al hombro

    Un abrazo y feliz cumple :)
    Y gracias por ser el padrino de mi nuevo blog, que nació en tu 40 cumpleaños

    ResponderEliminar
  2. Vaya Vicente, me acabo de enterar por el Twitter que casi coincidimos en el día y año de nacimiento, yo el 22 (también de Mayo). Aunque sea con retraso felicidades y a ver si tenemos ocasión de volver a coincidir como en el BIF pasado.

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buena generación ;)

      A ver si volvemos a coincidir, estamos en contacto en cualquier caso.

      Eliminar